Mi padre tenía una expresión que utilizaba muy a menudo: No son las cartas, sino como las juegas.
Creo que, sin saberlo, estaba haciendo referencia a uno de los mayores aprendizajes que podemos desarrollar en nuestra vida. Digo sin saberlo, porque jamás vi que él aplicase claramente la enseñanza que esta frase le proporcionaba. Siempre me dio la sensación que no era dueño de su vida, que repetía una y otra vez la misma partida, con la misma mala mano.
No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas. Epicteto
El gran Viktor Frankl, en su libro "El hombre en busca de sentido", llegó a esta misma conclusión a través de su terrible experiencia en los campos de exterminio de la segunda guerra mundial: "Todo se puede tomar de un hombre, excepto una cosa: la última de las libertades humanas, elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias, elegir el propio camino".
¿Son realmente las circunstancias las que nos definen? ¿O la manera en que afrontamos estas circunstancias? No es necesario pasar por un calvario para darnos cuenta de lo nos transmite Viktor Frankl. Si hasta en terribles circunstancias podemos decidir nuestra actitud, ¿Qué no podremos hacer en nuestro día a día? ¿En qué se pueden convertir un atasco, una celebración que debemos anular, un autobús que se nos escapa, una cita que se retrasa, una bolsa del super que se rompe, una pareja que nos rechaza, un entrevista que no sale bien, etc.? En lo que queramos. En desgracias que marquen nuestro día, o en una parte más de la vida. Todo es cuestión de perspectiva. Como dice mi pepito grillo particular, en el mismo vaso de agua que unos se ahogan, otros sacian su sed.
Así, si mantenemos el foco en lo externo, en lo que nos pasa, si mantenemos la atención en las cartas que nos han sido repartidas, y dejamos que sean estas las que marquen el devenir de la partida vital que jugamos, repetiremos una y otra vez la misma mano.
Solo cuando nos centremos en aquello que exclusivamente depende de nosotros, es decir, en nuestra propia perspectiva, las cartas cambiarán.
No es en las circunstancias donde reside el cambio. El cambio está en como evaluamos lo que nos sucede. Lo que más importa es el modo en que respondemos a los que experimentamos.
Así que estaría bien que probásemos hoy con un farol. Hagamos un órdago a la vida. Seamos mejores jugadores. Porque a la "banca" le importa muy poco que mano nos ha repartido.
by Txema Morales. Escritor y Coach.
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