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Foto del escritorTxema Morales

LA FLUENCIA EN EL DEPORTE

Actualizado: 30 mar 2021

¿Qué es la fluencia? ¿Por qué hablar de fluencia dentro del ámbito deportivo? ¿Qué beneficios nos puede reportar tener estados de fluencia? ¿De qué manera podemos alcanzar dichos estados más fácilmente?

Estas son preguntas relativamente nuevas, que deben ser respondidas si queremos conseguir que nuestros deportistas alcancen la mejor versión de sí mismos.


El deporte moderno está relacionado con el bienestar. Dicho bienestar no se puede definir sólo desde un punto de vista físico. Existe una parte mental y una parte emocional a tener en cuenta en la actividad deportiva.


Podemos definir la fluencia como ese estado donde la persona pierde la noción del espacio, del tiempo, incluso de sí mismo, y está haciendo algo de interés real. Dichos estados se han vinculado durante mucho tiempo a las prácticas meditativas.

Txema Morales. La fluencia en el deporte.

Es la experiencia personal de los deportistas la que demuestra que también es alcanzable en el deporte y que justamente la fluencia impulsa el deseo de seguir con la práctica deportiva. Si esto es así, establecer una serie de parámetros o variables nos posibilitará proveernos del entorno adecuado para llegar a la fluencia con más facilidad.


Hay deportistas que tienen más facilidad para estar dentro de estos estados de fluencia, y esto es debido a que ciertos aspectos mentales, por ejemplo la capacidad de concentrarse, y emocionales, propios de cada persona, le son de gran ayuda. Aunque deben ser complementados con planteamientos externos adecuados, como la generación de objetivos claros, ya que, de no ser así, es muy probable que ese potencial inicial se pierda.


A través de la experiencia podemos ser conscientes de aquellos parámetros y actitudes que nos acercan a los estados de fluencia. No es necesario que se den todos a la vez, pero sin la concurrencia de varios de ellos no conseguiremos alcanzar dicho estado y nuestra experiencia deportiva se verá mermada.


Cuando nos referimos a experiencia deportiva no estamos hablando de la consecución de resultados, aunque claramente en un estado de fluidez es más probable alcanzar nuestras metas. Nos referimos a alcanzar una vivencia que difícilmente lograremos en nuestro día a día.


¿Qué componentes nos acercan a la fluencia?


El foco


Focalizarse, entendido como mantenerse concentrado en la tarea que se está realizando, es fundamental para alcanzar tanto objetivos como estados de fluidez.


Hoy en día estamos sometidos a multitud de inputs que nos llegan de forma continua, por lo que es complicado focalizarse en la tarea que estamos llevando a cabo.


El deporte no está exento de dichos inputs. La cantidad de aplicaciones dedicadas a las métricas y a la más pura comparación respecto a otros deportistas, sumado a la utilización compulsiva de las redes sociales, donde se busca la aprobación externa y la alimentación del ego, hacen que el foco sea cuando menos huidizo. Por suerte, la focalización es un estado mental y como tal se puede trabajar y mejorar con diferentes técnicas.


Nuestra mente suele estar divagando con pensamientos que involucran pasado y futuro, además de verse influenciada por los inputs que hemos comentado. Esta modalidad mental no permite centrarse en el ahora, que es la base de una correcta focalización.


Cuanto más presentes estemos mejor vamos a desempeñar la tarea que estamos llevando a cabo. Esto es válido para todos los aspectos de la vida. La maestría llega a través de un foco consciente en lo que estamos realizando.

¿De qué forma podemos mejorar nuestro foco? Es evidente que la misma fórmula no aplica a todos los deportistas y debemos ser hábiles encontrando que es lo que nos conecta con nuestro foco.


En algunos casos podemos enseñar a la mente a estar en el momento presente, a través de técnicas de mindfulness u otros tipos de meditación. A través de la respiración consciente. Y también podemos tomar conciencia centrándonos plenamente en la actividad deportiva que estemos realizando o en un aspecto de ella y enseñar a la mente a volver al ahora cuando observemos que comienza a divagar.


Practicar de forma constante este tipo de técnicas como una parte del entrenamiento diario hará que nuestra mente aprenda a estar presente y a centrarse cada vez más rápidamente. Tan importante es mejorar un aspecto físico de nuestra evolución deportiva, como conseguir que nuestra mente juegue a nuestro favor a través de la focalización.


Equilibrio entre reto y habilidad. Cuanto de preparados estamos y cuánto debemos superarnos


Es evidente que las actividades que no conllevan una sensación de superación no tienen el aporte necesario para permitir llegar a los estados de fluencia. Y también es lógico pensar que un objetivo que está completamente por encima de nuestras posibilidades como deportistas generará frustración.


Por lo tanto, existe una correlación entre los estados de fluencia y el punto medio entre superación y preparación, el equilibrio. Se trata de una línea muy fina ya que depende del lado donde caiga la balanza estaremos en el aburrimiento o en la imposibilidad, y en ambos casos nos veremos privados de la fluencia.


Es importante marcar unas metas realistas, pero que impliquen un esfuerzo, un reto. Y deben ser consecuentes con las capacidades adquiridas al llegar el momento de ponerlas en práctica.


Un componente aparte, pero que perfectamente podría entrar dentro del apartado de las habilidades es el control. El control se da desde el prisma de la tranquilidad que proporciona el saberse con las habilidades adecuadas para realizar la actividad. Un control excesivo nos llevaría a una intervención de la mente consciente que como veremos en el apartado siguiente no debe ser parte activa de la experiencia. Y no ejercer el control adecuado de la situación haría florecer la inseguridad y la ansiedad.


El procesamiento inconsciente


En el libro de referencia “El juego interior del tenis” de Timothy Gallwey, el autor nos explica cómo a través de la observación llegó a ser consciente de las trabas que la mente consciente provoca en la práctica deportiva.


Existe un mecanismo de aprendizaje que nos permite aprender tareas que debemos asimilar de manera consciente y por lo tanto comportan una necesidad de atención aumentada.


A medida que el aprendizaje pasa al inconsciente se libera la mente consciente. El inconsciente toma el control y puede ejecutar los movimientos físicos de manera óptima, pudiendo alcanzar así la fluencia. Solo a través de la constancia, la práctica, la repetición y la técnica conseguiremos esta especie de piloto automático.


Los estados alterados de conciencia. Una consecuencia de la fluencia



En los estados fluencia, la transformación del tiempo y la pérdida de conciencia del propio ser son los aspectos que mayor residuo dejan una vez pasada la experiencia.


Los estados alterados de conciencia

El tiempo se transforma encogiéndose o alargándose. Así, un atleta de fondo puede experimentar que una carrera de larga distancia ha durado una ínfima parte de su tiempo y un esprínter de 100 metros puede tener la sensación que 10 segundos han abarcado varios minutos.


Con respecto al ser, la mente consciente se vacía de todo pensamiento y desaparece cualquier preocupación. Existe una entrega absoluta a la actividad.


Estas experiencias proporcionan una sensación de realización absoluta, y son los cimientos del crecimiento personal a través de la práctica deportiva.

CONCLUSIONES


Para finalizar me gustaría destacar que la fluencia es un tema que va más allá de lo estrictamente deportivo. Es una manera de relacionarse con la vida y con las actividades que desarrollamos en todos nuestros ámbitos.


El establecer un entorno donde, a través de diferentes parámetros o componentes, podamos alcanzar con mayor facilidad la fluencia nos proporciona la posibilidad de obtener nuevos niveles de desarrollo personal.

El deporte es ese entorno donde podemos marcar dinámicas y parámetros que nos lleven a experimentar un estado que se convierte en huidizo en otros ámbitos de nuestra vida.


En las últimas décadas la popularización del deporte ha llevado a unas dinámicas que se desvían del verdadero significado de su práctica. Eslóganes del tipo “¿Dónde está el límite?”, que ponen el foco en el resultado y no en el camino, alejan a los nuevos practicantes de la esencia, del significado y de los beneficios que van más allá de lo puramente físico.


Cada vez más vemos una cultura volcada al “más es mejor” donde el deporte se muestra como un nuevo producto de consumo, y como producto de consumo se elimina cualquier posibilidad de interactuar con él desde una perspectiva sana emocionalmente hablando.


by Txema Morales. Escritor y Coach.

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